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Montaña Palentina pasto de las llamas, un desastre sin precedentes.



La Montaña Palentina ha ardido durante días sin control en uno de los incendios más devastadores que se recuerdan. Las llamas, alimentadas por la sequedad, han devorado sin piedad un paisaje que ni siquiera en las décadas previas a ser declarado Parque Natural hace 25 años había sufrido una catástrofe de tal magnitud. Ante la emergencia, la rabia y el dedo acusador se alzan en todas direcciones, aunque todavía se desconocen los informes finales y el alcance total de la tragedia.

Lo que sí está claro es que la gestión de nuestros montes no tiene un único culpable. A pesar de los esfuerzos titánicos, la prevención ha sido una asignatura pendiente durante demasiado tiempo, una negligencia que ahora pagamos con cenizas.


Incendio en la Montaña Palentina
Frente de las llamas en el parque natural Montaña Palentina. foto RRSS Tik Tok

Héroes a pie de monte y una batalla política.


Mientras el fuego ruge, los verdaderos héroes son ganaderos, vecinos y agricultores que con sus propios medios, como tractores y cubas, han estado hombro con hombro con las brigadas profesionales regionales y estatales y han combatido las llamas desde el inicio del fuego. Sus testimonios son un grito de desesperación y enfado. Señalan directamente a la inacción de las administraciones y a las "medidas ecologistas" que, a su juicio, carecen de base científica y solo buscan castigar a un sector ya de por sí castigado.

Ganaderos colaborando en la extinción del fuego.



La prevención emerge como la gran olvidada. Informes europeos son contundentes: cada euro invertido en prevenir incendios se traduce en un ahorro de 100 en la extinción. Con un coste de 19.000 euros por hectárea quemada, la falta de previsión se revela como una ruina económica y ambiental. Además, prácticas ancestrales como el pastoreo extensivo, que podrían actuar como un cortafuegos natural, se ven obstaculizadas por el desorbitado precio que piden algunas pedanías por sus pastos.


Incendio en la Montaña Palentina
Avance de las llamas el lunes por la noche foto RRSS TikTok

Ecologistas de barra de bar y una polémica incendiaria.


Pero en medio del caos, no faltan quienes avivan la polémica. Mientras la Montaña Palentina aún está en llamas, alguna asociación ecologista ha puesto el grito en el cielo pidiendo endurecer las leyes y prohibir el pastoreo en las zonas quemadas durante 10 años. Esta petición desoye la ley actual, que ya contempla una restricción de cinco años, y no se basa en argumentos científicos que demuestren que castigar a los ganaderos vaya a evitar futuros incendios. La prohibición no busca castigar, busca dar un respiro a la Naturaleza para recuperar el aliento normal.


Un futuro de cenizas y decisiones urgentes.

Este incendio no es solo un desastre ecológico, es el síntoma de un problema mucho más profundo. Es el reflejo de años de mala gestión, de una falta de inversión en prevención y de una confrontación estéril entre sectores que deberían trabajar juntos. La Montaña Palentina arde como un aviso: si no se toman medidas urgentes y sensatas, este infierno de cenizas podría ser solo el principio. Es hora de dejar de lado los enfrentamientos estériles y empezar a trabajar de verdad en la protección y el cuidado de nuestro patrimonio natural. La próxima vez, la factura podría ser aún más alta.

 






 
 
 

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